viernes, 2 de julio de 2010

Tabla de desarrollo infantil de Haizea-Llevant (1991).



La tabla de desarrollo de Haizea-Llevant (1991) es el resultado de dos programas, el Estudio Llevant y el Programa Haizea, cuyos datos de referencia se obtuvieron de una muestra representativa de 1.702 niños de Cataluña y 817 niños del País Vasco respectivamente.

Este tests permite comprobar el nivel de desarrollo cognitivo, social y motor de niños (as) de 0 a 5 años, ofreciendo un margen normal de adquisición de algunas habilidades fundamentales durante la infancia.

El test incluye 97 indicadores que se distribuyen en las siguientes áreas: socialización (26 ítems), lenguaje y lógica-matemática (31 ítems), manipulación (19 ítems) y postural (21 ítems). En cada uno de los elementos se indica la edad en que lo ejecutan el 50, el 75 y el 95% de la población infantil.

Para la interpretación del test, se traza una línea vertical que corresponda a la edad en meses del niño (ajustando por debajo de los 18 meses de edad en el caso de los prematuros) y se valora que este (a) realice los ítems que quedan a la izquierda de la línea trazada o aquéllos que atraviesa lamisma. Cuando se observa la falta de adquisición de dichos indicadores en una o varias áreas y/o la presencia de señales de alerta, el test orienta a sospechar un retraso psicomotor.

SIGNOS DE ALERTA EN EL DESARROLLO PSICOMOTOR:

Se refieren a aquellas manifestaciones en el desarrollo psicomotor del niño (a) que pueden hacer sospechar la existencia una disfunción neurológica y permiten realizar la referencia oportuna al especialista a fin de que éste realice un diagnóstico – intervención precoz.

Entre los principales signos de alerta, siguiendo un orden cronológico, destacan:

1 mes de edad:

  • Irritabilidad persistente.
  • Trastornos de succión.
  • No fija la mirada momentáneamente.
  • No reacciona con los ruidos.

2 meses de edad:

  • Persistencia de irritabilidad.
  • Sobresalto exagerado ante un ruido.
  • Aducción del pulgar.
  • Ausencia de sonrisa social.

3 meses de edad:

  • Asimetría de actividad con las manos.
  • No sigue con la mirada.
  • No muestra respuesta a los sonidos.
  • No muestra sostén cefálico.

4 meses de edad:

  • Pasividad excesiva.
  • Manos cerradas.
  • No emite risas sonoras.
  • Hipertonía de aductores (ángulo inferior a 90º).
  • No se orienta hacia la voz.

6 meses de edad:

  • Presencia de hipertonía en miembros e hipotonía de cuello y tronco.
  • No se rota sobre sí mismo.
  • Persistencia de reacción de Moro.
  • No mantiene sedestación con apoyo.
  • Ausencia de prensión voluntaria.
  • No balbucea ni hace “gorgoritos”.

9 meses de edad:

  • No muestra desplazamiento autónomo.
  • Hipotonía de tronco.
  • No se mantiene sentado (a).
  • Ausencia de pinza manipulativa.
  • No emite bisílabos.

12 meses de edad:

  • Ausencia de bipedestación.
  • Presencia de reflejos anormales.
  • No muestra vocabulario de dos palabras con/sin significado.
  • No entiende órdenes sencillas.

15 meses de edad:

  • No camina solo.
  • Ausencia de pinza superior.
  • No arroja objetos.
  • No tiene un vocabulario de tres o cuatro palabras.
  • Pasa ininterrumpidamente de una actividad a otra.

18 meses de edad:

  • No sube escaleras.
  • No tiene un vocabulario de 7 a 10 palabras.
  • No conoce partes del cuerpo.
  • No garabatea espontáneamente.
  • No bebe de un vaso.
  • No hace una torre de dos cubos.

24 meses de edad:

  • No corre.
  • No construye torres de 3 ó 6 cubos.
  • No asocia dos palabras.
  • No utiliza la palabra “NO”.
  • Presencia de estereotipias verbales.
  • Incapacidad para el juego simbólico.

Signos de alarma a cualquier edad:

  • Movilidad, tono o postura anormal.
  • Movimientos involuntarios (actitud distónica de manos, hiper-extensión cefálica...).
  • Movimientos oculares anormales.
  • Retraso en la adquisición de los ítems madurativos (screening).
  • Macrocefalia, microcefalia, estancamiento del perímetro craneal.


Referencias bibliográficas:

Fejerman N. y Fernández E.(1998). Neurología Pediátrica. Buenos Aires. 2ª edición. Ed. Panamericana.

Fernández I., Álvarez E. Estudi Llevant. El desarrollo psicomotor de 1.702 niños de 0 a 24 meses. Tesis Doctoral, Universidad de Barcelona, 1989.

Iceta A. y Yoldi M.E.. Desarrollo psicomotor del niño y su valoración en atención primaria. ANALES Sis San Navarra 2002; 25 (Supl. 2): 35-43.

Illingworth RS. El desarrollo del lactante y el niño. Ed. Churchill Livingstone. En: Alhambra Longman, 1992.

4 comentarios:

  1. Muchas gracias por la información. Me gustaría hacerle una pregunta. Una vez que establecemos la línea vertical en los meses que tiene el niño, ¿cómo evaluamos los ítems? ¿empezamos desde el ítem 1 hasta el ítem que corresponda a su edad?
    ¿Qué hacemos cuando empezamos desde el ítem 1 y vemos que no realiza ciertos ítems, paramos la prueba o continuamos hasta su edad?
    Muchas gracias

    ResponderEliminar
  2. Hola Marina.
    Gracias por tu comentario.
    Comenzarías a evaluar desde el ítem 1, correspondiente a su edad. Recuerda que el desarrollo es un contínuo con progresos a ritmos particulares para cada niño.Cada niño sigue su propio ritmo al desplegar sus potencialidades; los segmentos de edad son referenciales. Si un niño no realiza ciertos ítems y no hay signos de alerta presentes, sería recomendable revisar las características de su entorno: si está siendo estimulado o hay escasez de estímulos; como es el entorno emocional, etc.
    Espero haberte ayudado.

    ResponderEliminar
  3. Hola. Me gustaría saber si es normal que un niño de 18 meses no sepa andar ,ni solo ni con ayuda .Aún no sabe si quiera poner los pies en posición para andar , solo da patadas al suelo como si estuviera taconeando. Acaba aprender a gatear , a los 16 -17 meses. Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Careli
      Recuerda que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo. Si bien es cierto que existen determinados rangos de tiempo en los que se espera el despliegue de ciertas capacidades, habilidades o competencias; cada niño, en función de sus características, la estimulación del entorno, etc. va evolucionando a un ritmo distinto.
      Si en su control pediátrico todo ha estado bien, ofrécele espacios estimulativos donde pueda fortalecer su cuerpo y experimentar con el movimiento. Genérale actividades que despierten su interés y requieran que se mueva. Déjalo experimentar con el suelo y observa sus avances.
      Si aún así sigues preocupada, quizás sea oportuno consultar con su pediatra.

      Eliminar