viernes, 2 de julio de 2010

RUTINAS EN EDUCACIÓN INFANTIL


El centro de Educación Infantil toma la necesidad que manifiesta el niño/a de ritualizar ciertas actividades cotidianas como punto de partida para iniciar el aprendizaje de hábitos.

La adquisición de autonomía progresiva en actividades cotidianas como la alimentación, el sueño, el control de esfínteres, el aseo personal, etc., tiene una extraordinaria importancia para el niño en su etapa de desarrollo de cero a seis años.

Teniendo en cuenta que los niños/as tienen, también, la necesidad de ir estableciendo marcos de referencia espacio-temporales, parece recomendable, dentro de la flexibilidad que debe caracterizar a los horarios en la Educación Infantil, el establecimiento de unas rutinas que los ayuden a interiorizar ritmos y les permitan anticipar lo que va a suceder. Esto les proporcionará la seguridad y confianza necesarias para poder crecer.

Dentro de la jornada, los tiempos deben diversificarse, es decir, tiene que haber momentos (distintas divisiones de la jornada) de libre actividad para el niño/a, pero también, momentos en que todos los niños/as realicen la misma actividad: momentos de comida, aseo, siesta, planificación de la jornada y puesta en común.

Estos momentos son considerados como rutinas, ya que se repiten cada día, en la misma secuencia y aproximadamente a las mismas horas y, también tienen intencionalidad educativa, todos ellos son ocasiones privilegiadas para trabajar tanto contenidos del currículo como para la interiorización de normas y hábitos.

Entre los hábitos y rutinas, los conducentes a la autonomía y el autocontrol de los niños/as cobran gran importancia: alimentación, control de esfínteres y cuidado personal.

La ALIMENTACIÓN: es un complejo proceso de desarrollo psicológico. Cada niño/a tiene su propio ritmo, unos más rápidos, otros más lentos. Si bien estas diferencias de ritmos deben ser respetadas, los niños/as deben establecer una regularidad y estabilidad en la actitud hacia la conducta alimenticia y participar en su alimentación.

Algunos de los hábitos que el niño puede adquirir en relación a la conducta alimenticia son:

1. Normas higiénicas y culturales que se cuidarán tanto en casa como en la escuela.
2. Lavarse las manos antes de cada comida.
3. Comer con tranquilidad y masticando bien.
4. Aprender a comer solos, de forma autónoma.
5. Lavarse los dientes después de comer, a partir de los 2 años.

El CONTROL DE ESFÍNTERES es otra de las rutinas que el niño/a debe ir ejercitando progresivamente ya que, para conseguir un control tanto de la micción como de la defecación, se precisa de un nivel de desarrollo físico, motriz, cognitivo y afectivo.

Otras rutinas (ACTIVIDADES COTIDIANAS) que el niño/a debe ir consiguiendo realizar de forma autónoma son:

1. Vestirse:
· Primero desvestirse.
· Luego vestirse.

2. Aseo personal:
· Primero de manos y cara.
· Luego de dientes.
· Saber sonarse.
· Saber ducharse.

3. Orden:
· Arreglar sus juguetes, sus ropas, sus trabajos escolares, saberlos
recoger, ordenar.
· Empezar y acabar los trabajos, etc.

Todas estas actividades implican el desarrollo de la conducta motora, del control espacial-temporal, de la comprensión de la situación, de las ganas de practicar y colaborar con los adultos, etc.

Estos procesos deben educarse tanto en casa como en la escuela y, los criterios educativos deben ser lo más comunes posibles entre ambas instituciones.

Por ello, es importante que tanto la familia como la escuela infantil se planteen las condiciones estructurales y pedagógicas que pueden facilitar su desarrollo .

No hay comentarios:

Publicar un comentario