viernes, 2 de julio de 2010

Desarrollo psicomotor del niño y su valoración preventiva, para maestros. (Parte I/IV)


Indicadores de alerta a atender.

En la práctica educativa diaria del aula de infantil, la observación del desarrollo psicomotor debe constituir una de las actividades básicas, pues ayuda a identificar si el niño (a) presenta alguna alteración o variación, en su desarrollo motor, que puede ser la única manifestación de un trastorno del sistema nervioso.

La detección precoz de cualquier disfunción, en esta área del desarrollo, contribuye a la realización de una intervención y/o tratamiento temprano evitando o disminuyendo la posible aparición de secuelas, destacando así la función preventiva de la escuela infantil.

Durante la infancia, la adquisición progresiva de habilidades es tarea primordial del sistema nervioso. Al reflejo de esta maduración se denomina desarrollo.

El concepto de desarrollo ha sido muy debatido a lo largo de los años. Sin embargo, en la actualidad, se da relevancia a dos modelos explicativos: el interaccional y el transaccional. El modelo interaccional considera que el desarrollo es fruto de la acción simultánea de factores genéticos y ambientales, mientras el modelo transaccional propone que estos factores (genéticos y ambientales) están dotados de plasticidad y se modifican mutuamente (Iceta y Yoldi, 2002).

El término “desarrollo psicomotor” se debe a Wernicke y por consenso se limita a los dos primeros años de vida. En este orden de ideas, la psicomotricidad puede definirse como el área del conocimiento que se ocupa del estudio y comprensión de los fenómenos relacionados con el movimiento corporal y su desarrollo y, considerarse, una forma de abordar la educación que pretende desarrollar las capacidades del individuo, a partir del movimiento y la acción.

Para valorar adecuadamente el desarrollo psicomotor es necesario conocer sus características de normalidad; “el conocimiento de lo normal es una base fundamental para el diagnóstico de lo anormal” (Illingworth, 1992)

Se entiende por “normal” aquel desarrollo que relaciona la adquisición de ciertas habilidades con una determinada edad cronológica. Aunque no existe una limitación temporal clara entre lo considerado normal y lo patológico, “cuanto más lejos se encuentre un niño (a) del promedio, en cualquier aspecto, es menos probable que sea normal” (Illingworth,1992). En este orden de ideas es importante recordar que el desarrollo no es un proceso rígido ni estereotipado, por tanto, existe un rango de variabilidad dentro de la normalidad (Fejerman y Fernández,1998). Algunas de estas variaciones de la normalidad sin carácter patológico se enumeran a continuación:

· Pinza manual entre el dedo pulgar y medio.
· Desplazamiento sobre las nalgas (shuffling) o reptando.
· Marcha sin fase previa de gateo.
· Marcha de puntillas (tip-toe gate).
· Rotación persistente de la cabeza.
· Retraso simple de la marcha.
· Movimientos asociados: sincinesias.
· Retraso en saltar sobre un pie.

Aunque son poco frecuentes, existe otro tipo de trastornos transitorios del desarrollo a los que Illingworth (1992) denominó “disociaciones del desarrollo” que consisten en el retardo de un área concreta del desarrollo siendo las demás áreas “normales”. Por ejemplo, podemos encontrar niños (as) que presentan una motricidad fina adecuada para su edad (realiza pinza distal) pero muestran imposibilidad para mantenerse sentado (retraso en área motriz).


Referencias bibliográficas:

Fejerman N. y Fernández E.(1998). Neurología Pediátrica. Buenos Aires. 2ª edición. Ed. Panamericana.

Fernández I., Álvarez E. Estudi Llevant. El desarrollo psicomotor de 1.702 niños de 0 a 24 meses. Tesis Doctoral, Universidad de Barcelona, 1989.

Iceta A. y Yoldi M.E.. Desarrollo psicomotor del niño y su valoración en atención primaria. ANALES Sis San Navarra 2002; 25 (Supl. 2): 35-43.

Illingworth RS. El desarrollo del lactante y el niño. Ed. Churchill Livingstone. En: Alhambra Longman, 1992.

1 comentario:

  1. Interesante. Hecho de menos una tabla de lo que podría llamarse el desarrollo normal.

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